domingo, 19 de febrero de 2017

Te enamoraste de mis alas y por ti, las corte.

Y después de un año, una vez más, te recuerdo.
No sabría explicar ni el porqué ni el cómo llegaste a mi vida, tantos años viviendo junto a ti y hace un año descubrí que existías, tantas veces pude conocerte y no me atreví, por miedo a que no saliera bien, por miedo a lo desconocido.

Y al fin, mire al frente y le eche valor, y que bonito fue verte tan cerca, a centímetros de mi cara, una noche de invierno con la nariz roja del frío y bebiendo cerveza alemana, con las manos entrelazadas, riéndonos de los encuentros fallidos en el ascensor y comprando helados en la multitienda.
Un viernes tan simple como otro cualquiera pero al vez el culpable del comienzo de una historia, la historia que me hizo abrir lo ojos con los que vemos el amor.

Fuiste mi maestro, me enseñaste el verbo "querer", cómo querer mis imperfecciones, cómo querer tus despistes, cómo querer tus ojos y ver el universo en ellos, pero no me quede a tú lado, tarde muy poco en desplegar mis alas y volar, llámame cobarde por no arriesgar pero necesito ser libre, te enamoraste de mis alas, grandes y brillantes, y contigo me las corte, tú no fuiste el culpable de mi marcha.

A ti que te quiero a día de hoy, te digo que volveré cuando este preparada, cuando haya probado diferentes pieles, cuando este lista para amarte.
Por qué sólo muere lo que se olvida y yo a ti, no te he olvidado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario